Blog de Regina Salcedo Irurzun

lunes, 4 de mayo de 2020

LECTURAS PARA LA CUARENTENA: UXUE JUÁREZ

Si, de repente, un zorro adquiriese el don de la escritura, es muy probable que sus poemas fueran exactamente como los de Uxue Juárez. Hablarían de la nieve y de sus huellas, de la madriguera, del mordisco y la carne pútrida, de la frágil y hermosa precariedad de su existencia. Serían textos de pelaje rojizo y brillante, y cuando nos acercásemos a acariciarlos, vislumbraríamos, entre esa suavidad ronroneante, destellos de garras y colmillos.
Este zorro audaz, curioso, inocente y salvaje también se detendría en el bosque para observar sus escritos; les acercaría la oreja, los palparía con la lengua, los voltearía con las patas en un intento de comprender desde donde respiran, qué piececitas los articulan y los mantienen con vida, unidos por invisibles hebras a la suya.


I

Vengo del moho y de las aguas fecales.
El hedor de mi cuerpo invade la casa
y la viste con el traje negro de los domingos.

Hundo mis manos en ruinas, de nuevo.
Arrastro esta herida terca y cruel
como una cucaracha que muerde mi boca
cuando apenas consigo estar viva.

A veces sueño que una ola se posa en mi frente.

Desde el rincón donde escribo
alargo la mano y siembro un manzano
/sé que en algún nido
aguarda un refugio./


II

Invadido el mar sin madeja su silencio me calma.


III

Como una acompañante lúgubre,
la lluvia repiquetea toda la noche contra el tejado
y reblandece la piedra, la erosiona.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco... catorce... contamos los segundos que
separan el primer rayo del trueno.
La tormenta gira sobre su propio eje y yo giro sobre la tormenta.
No hay roca con la que enfoscar el vacío.

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