Regina
Hay un desasosiego un rescoldo con escocida sed
y alguna vez entrecierras los ojos emborronas para creerlo halcón.
Regidora. Regia.
El bronce aleado con el calcio.
Eres tu ejército cercándote.
Tu reino una raíz al aire saciada de rocío en solsticios no cíclicos
abruptos.
Tus canciones se parecen a alguien merodeando con navaja
entre los arrecifes y cortes en las manos en lo interno del muslo.
Canciones traicionadas y vencidas en cada golpe del mar
por el ritmo marcial de tus manoletinas con puntera metálica.
Regi-da
por tus normas aplastantes ordenadas en sílabas cuadradas
en sus cajitas de pino alfabéticamente.
Limitada por leyes que son el rastro leve de fieras invisibles
y nunca aprenderás a interrogarlo
y no podrás seguirlas hasta sus madrigueras: otorgarles la muerte.
Mutada con tu nombre.
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